martes, 28 de diciembre de 2010



Viajero de primavera

EL BAGRE DE MAR

Por el Prof. Víctor De Víctor

Las aguas del Plata se van templando paulatinamente a medida que los días pasan. Es octubre y los primeros piques de bogas desplazan a las corridas del pejerrey en la prioridad del pescador.

Lentamente, nutridos cardúmenes de bagres de mar, recorren grandes distancias en la búsqueda de profundos pozones y canales, que a modo de circunstanciales hogares de temporada, constituyen un ámbito ideal para la reproducción, dado que como otras especies, son peces marinos de penetración fluvial.

La ruta de migración de estos bagres que provienen del mar, no está aún bien definida. Analizando el contenido estomacal de muchas piezas pescadas al principio de la temporada, se ha podido comprobar que el alimento predigerido hallado en su aparato digestivo, es de distinto origen, encontrándose en algunos de ellos restos de crustáceos y moluscos del litoral atlántico bonaerense y en otros, vestigios de esos mismos animales que pertenecen al sur de Brasil y a la costa atlántica uruguaya.

A través de un complejo mecanismo de regulación interna de agua y sales en el que intervienen diversas glándulas y hormonas, sin trastornos se adapta para el pasaje de un medio de agua salada o salobre a otro de agua dulce, y viceversa.

También es de considerar la facilidad de adaptación del organismo de estos peces a las grandes profundidades que implican naturalmente grandes presiones.

Morfología.

El Mimoso, Bonito o simplemente Bagre de mar es denominado por la cienciaTachysurus barbus, pertenece al grupo de los Silúridos y como tal tiene su cuerpo tosco y poco estético.

El color de la piel del Mimoso es gris intenso en la región dorsal y se va aclarando en los flancos hasta quedar definidamente blanco en el vientre. Casi la totalidad de las especies relacionadas con el agua tienen el dorso oscuro para mimetizarse con el fondo y evitar el ataque de depredadores que provengan “desde arriba”, y el vientre claro para lograr el mismo efecto con la claridad de la luz, y entorpecer la agresión del atacante que provenga “desde abajo”.

La cabeza es fuerte y ligeramente deprimida. En ella se destacan dos ojos pequeños adaptados para la visión en aguas turbias y con poca luz. La boca presenta dientes viliformes dispuestos a modo de placas que los pescadores conocen con el nombre vulgar de “raspadillas”. En la periferia bucal se distinguen cortos y gruesos barbillones maxilares y mentonianos que cumplen por medio de células especializadas funciones táctiles y gustativas.

Ocho aletas se asocian con una musculatura caudal muy compacta para conformar el aparato locomotor. Dos aletas pectorales y una dorsal munidas de un rayo rígido y aguzado en su extremo libre que se conocen vernacularmente como “chuzas” o “púas”. Además presenta dos aletas ventrales, una caudal de gruesos lóbulos, una anal y una adiposa, todas ellas de rayos flexibles.

Su régimen de alimentación es muy variado. Tiene preferencia por los moluscos (calamares, caracoles, almejas, etc.), crustáceos como cangrejos, camarones y langostinos y peces forrajeros con especial predilección por las sardinas.

Estos peces pueden alcanzar grandes dimensiones. Se conoce de registros de ejemplares que han sobrepasado el metro de longitud y los dieciocho kilogramos de peso, pero la mano depredadora del hombre y la falta de criterio a la hora de los reglamentos, vedas y límites, han propiciado que un Mimoso de ocho kilos sea considerado como “uno de los grandes”.

En primavera es frecuente ver en distintos lugares del delta y del Río de la Plata pequeños barcos pesqueros capturando indiscriminadamente cientos de bagres de mar.

El habitat ideal para el Mimoso, como ya fue mencionado, es todo ambiente de aguas profundas. Los pozones del río Paraná Guazú y los canales de la isla Martín García en los que la profundidad es de alrededor de cincuenta pies (un poco mas de dieciséis metros) son pesqueros ideales para intentar la captura de esta especie. Debe tomarse en cuenta que casi siempre se alimenta cuando el río se halla en creciente y que como en el caso de muchos otros peces, el veril del canal es el sitio óptimo para su pesca.

Pesca al paso.

La detección prematura de su entrada al estuario se evidencia en la zona donde las aguas del Río y el mar se unen cambiando paulatinamente el color y la salubridad. San clemente, Magdalena, Atalaya, Berisso. Comienzan a descubrirlo algo antes porque son paso de su migración a los pozones de la salida del Paraná Guazú al Río de La Plata. El pique no es tan intenso ni prolongado como en esta última zona y se supone que esto tiene que ver con las profundidades y las corrientes preferidas por los mimosos.

En la zona de San Clemente, a fin de setiembre y octubre en el muelle de esta ciudad, es común ver por la noche muchas cañas buscándolo cuando la creciente está en su plenitud encarnando un solo anzuelo con cornalito o anchoita.

Ellos manifiestan que al bagre de mar, como ellos lo llaman, le gusta el mar revuelto y encrespado para arrimarse a la costa, es por eso que cuando estas condiciones predominan, allí están ellos con sus cañas buscando una buena cosecha de este exquisito pez. Eso si, siempre de noche.

Consejo de maestros.

Omar Rodriguez

Campeón nacional de pesca Variada Año 1996. Subcampeón Nacional de Caña de 3,50 m. Capeón Metropolitano, etc.etc.

Como pesco el Mimoso-

Omar Rodriguez hoy es el presidente de la Asociación de Pesca con Mosca de Quilmes.

Alguna vez comenzó con un mojarrero, siguió por hacerse socio de un club de pesca, aprender con humildad, competir obsesivamente en todas las categorías y con todas las especies.

Cuando se habla con el se sabe que se está al lado de un maestro. Le preguntamos sobre cual es la mejor forma de pescar el “Mimoso”.

“ El mimoso es un bagre, no importa su sobrio traje gris, su camisa blanca y su atildado bigote. Es un bagre. Por lo tanto le gusta como a todos ellos comer en el fondo y donde hay pozones con correntada. Quizás a este le guste un poco mas de profundidad y, por donde por lo general abunda, la fuerza del Río.

La boca de Guazú es uno de sus lugares preferidos, pero el análisis para buscarlo pasa por la profundidad que marque la sonda en la zona de la desembocadura de Guazú con el Río de la Plata, ya sea dentro de uno u otro Río.

Como dije es un bagre y come en el fondo, ergo, la plomada tiene que asentarse para que este pueda hacerlo con comodidad. La línea que mas resultado me ha dado es una línea convencional con un plomo que alcanzó, a veces los 300 gs., incluso en oportunidades con agarraderas, dos anzuelos 92611 Nº 4 a 6 y el agregado de un plomo corredizo de 20 gs en la madre del reel. La caña acorde por supuesto. La embarcación anclada colocará la proa enfrentando a la corriente y a la popa, dejándola correr.

Lo común es que el pescador se coloque en la popa y lance su línea a favor de esta. A) Si el plomo es chico flameará sin posarse. b) Si el plomo logra el fondo, se asienta y el nailon es mas de 0, 35 mm hará una gran panza que no le permitirá al pescador controlar el pique, además de tirar del plomo moviéndolo al reves. C) Si la caña es liviana hará muy difícil lanzar este equipo.

Arrojar la línea hacia la proa de la embarcación lo mas lejos que se pueda enfrentando la corriente, el plomo entrará pesado hacia el fondo, el lastre en la madre, que va suelto ayudará a que el nailon profundice más rápido. Luego, el plomo se asentó, el lastre ayudó a que la línea se conserve en el fondo y el nailon fino (hasta donde lo permita el plomo, la corriente y el pescado) controlará la fuerza de la corriente.

La línea quedará asentada paralela al bote y la panza provocada por la corriente nos hará sentir que estamos pescando hacia popa. No será así. Cuando el pique se produzca, se sentirá evidente la aflojada en la panza. Es el momento de recoger velozmente hasta sentir el pique o la tensión del peso y clavar.

Lo sabroso de un buen chupín y las brutas circunstancias de las condiciones del río, justifican esta forma de pescar. Las condiciones no permiten sutilezas

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